Dedican cita del ciclo Detrás de la pizarra a Antonio Díaz Conde

Cuando viajan las estrellas, Soy puro mexicano, Pepita Jiménez, Los amores de un torero, son algunos de los 360 filmes que musicalizó a lo largo de 32 años dentro de la industria cinematográfica
México, DF.- El músico español Antonio Díaz Conde escogió México como su segunda patria por sus paisajes, sus raíces, la hermosura de sus mujeres, siempre amó a México con todo su corazón, afirmó su hijo.
 La música que crearon los compositores para películas de la Época de Oro del Cine Mexicano es analizada en el ciclo Detrás de la pizarra, conducido por Pepe Romay en la Fonoteca Nacional, este lunes 19 de agosto tocó el turno a Antonio Díaz Conde, quien compuso la banda sonora de las películas La Perla, Pueblerina, Rosauro Castro, Pepita Jiménez, Las rosas del milagro, entre otras.
 La música en una película es el preludio que nos indica si a continuación viene una escena de suspenso, acción, amor, por lo que desde los inicios del cine sonoro ha tenido gran importancia, incluso algunas partituras han llegado a cobrar más relevancia que la propia trama, de ahí que los compositores de música para el cine cada día cobren más relevancia.
 Antonio Díaz Castro tuvo la fortuna de pertenecer al grupo de compositores de películas como Manuel Esperón y Gonzalo Curiel. Antonio Díaz Castro nació en Barcelona, España el 25 de enero de 1914, sin antecedentes familiares de músicos, hijo de padre peluquero y madre costurera, desde pequeño demostró afición por el piano, tomando las primeras clases con el párroco de su comunidad, quien además le enseñó solfeo.
 Su padre quería que su hijo le ayudara en los quehaceres de la peluquería, pero Antonio no deseaba remojar barbas, a él lo que le apasionaba era el piano, por lo que a los 17 años ingresó al Conservatorio del Liceo de Barcelona, allí se inició en la música clásica, la “buena música” como él la describía.
 La plácida vida musical de Antonio se vio interrumpida por la Guerra Civil Española, por lo que su carrera se interrumpió durante tres años; el 18 de julio de 1936 mientras dirigía Luisa Fernanda con un grupo de aficionados, afuera se escuchaban los disparos.
 Se alistó en el ejército y fue nombrado director de la Banda Militar, sin embargo, debido a las impresionantes escenas de destrucción y muerte que vio, lo dieron de baja por una enfermedad cardiaca.
 Al término de la guerra tocó el piano durante los intermedios de las funciones de cine, sin embargo su deseo era viajar, la primera oportunidad le llegó para irse a Buenos Aires en 1941, con un salario de 41 pesos diarios.
 En Argentina conoció a Manuel de Falla, con quien mantuvo una larga amistad y de quien recibió valiosos consejos. También en Argentina entabla relación con Conchita Martínez (la mamá de Emmanuel), quien iba a hacer una gira por México y necesitaba un pianista, así llegó al país con un contrato por cuatro meses para presentarse en El Patio.
 En 1942, la actriz Janet Alcoriza lo presentó con Emilio El Indio Fernández, convirtiéndose a partir de entonces en compositor de la música de varias de sus películas.
 Cuando viajan las estrellas, Soy puro mexicano, Pepita Jiménez, Los amores de un torero, son algunos de los 360 filmes que musicalizó a lo largo de 32 años dentro de la industria cinematográfica.
 En su carrera obtuvo seis nominaciones, sin embargo nada más Pueblerina, fue reconocida en Cannes y en México con un Ariel; las otras cintas fueron Maclovia; Rosauro Castro; Las tres perfectas casadas; La rebelión de los colgados y La Perla, por la que El Indio Fernández hizo un coraje al no ser galardonada, sin embargo a Díaz Conde los premios no le interesaban, lo que a él le entusiasmaba era su profesión.
 Falleció un 31 de diciembre de 1976, a causa de un carcinoma pulmonar, debido a lo mucho que fumaba, a la edad de 62 años.
 Al hablar de la vida de Antonio Díaz Conde, Pepe Romay, guionista, actor e hijo de Joselito Rodríguez (creador, junto con su hermano Roberto, del sistema de sonido óptico cinematográfico) señaló que la importancia de la música en el cine es la forma en que se compromete con la personalidad y psicología del personaje, así como también permite describir un escenario, un animal, los pasos, el viento.
 Afirmó que es un privilegio poder escuchar una música de fondo bien estructurada, que nos permite sentir el miedo, la ternura o cualquier otro sentimiento, situación que se pudo comprobar al poner fragmentos de diversas películas y que, sin ver la trama, uno podía identificar qué es lo que posiblemente ocurría en ese momento.
 La semblanza de don Antonio Díaz Conde fue hecha por su hijo Antonio Díaz Rendón, quien acudió a la Fonoteca Nacional acompañado de su familia y varios amigos, también estuvieron presentes descendientes de otros reconocidos compositores como Gonzalo Curiel, hijo y su madre doña Conchita, María Eugenia Flores, hija de Chava Flores, entre otros.
 La próxima semana corresponde el turno a Gonzalo Curiel, en la última sesión del ciclo Detrás de la pizarra, que con el título de La mala nota, mostrará el martes 26 de agosto, las vicisitudes que pasó el compositor mexicano para elaborar la banda musical, la cual se realizaba de forma paralela a la filmación de la cinta.

La Fonoteca Nacional se ubica en  la calle de Francisco Sosa No. 389, Coyoacán, las sesiones son a las 19:00 horas y la entrada es libre.

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