- Función con solistas de la Compañía Nacional de Danza y el Ballet del Estado.
Durante la noche, el Secretario de la Cultura y las Artes (Sedeculta)
Roger Metri Duarte, acompañado de los directores de Desarrollo Cultural y
Artístico de la dependencia, Alejandro Pérez López, y del Sistema para el
Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Yucatán, Límber Sosa Lara, entregó un
reconocimiento a Martha Acebo Calaña, integrante desde hace un lustro de la
Compañía Estatal de Danza, quien se retiró de los escenarios en los que bailó
por más de 20 años.
El recinto más importante de la entidad se abarrotó de
público que llegó generosamente con donaciones de despensa y artículos de
higiene personal, para disfrutar de un delicado espectáculo que incluyó los pas
de deux más representativos del género, protagonizados por Ana Elisa Mena y
Roberto Rodríguez de la Compañía Nacional de Danza, y la agrupación local.
Los espectadores contribuyeron con gusto y coincidieron que
estos eventos son de ayuda mutua, porque vinculan al arte con el altruismo en
esta época. Para la señora Rossana Castillo Guillén fue la oportunidad de
deleitarse con el talento de los ejecutantes de casa, pues consideró que
cuentan con un alto nivel, a la vez de ayudar a los que menos tienen.
La joven Rosario May López calificó como noble la dinámica
de intercambiar víveres por la oportunidad de ver a los bailarines invitados en
el escenario, ya que representó una forma de aprendizaje de la técnica y
estética que requiere en ese baile.
A lo largo de sesenta minutos, el montaje bajo la dirección
artística de Alberto Terrero, la guía de la maestra ensayadora Teresita
Bernabeu y la asistencia en dirección de Juan González, los artistas mostraron
su virtuosismo en cada una de sus presentaciones.
La primera coreografía de El corsario fue interpretada por
Martha Acebo y Emmanuel Gutiérrez, original de Joseph Mazilier y estrenada en
Paris (1856); le siguió el ballet revolucionario Llamas de Paris por Tatiana
Arcila y Pablo Mata, obra de 1932 de Vasily Vainonen, cuyo significado es
danzar como protesta por la libertad inspirada en la Revolución Francesa.
Lisset Ruiz y Miguel Hevia hicieron lo propio con La bella
durmiente de Marius Petipa creada en 1850, que se perfiló como una de las
actuaciones favoritas del respetable. Después, se disfrutó del pas de deux de
Tchaikovsky, a cargo de Monserrat Castellanos y Mayvel Miranda, quienes
mostraron sus aptitudes en la estampa estrenada en 1960 con un extracto de la
música del Lago de los cisnes.
El momento esperado llegó cuando Ana Elisa Mena, ataviada de
Giselle, y Roberto Rodríguez dieron vida a esa pieza fundamental de la danza
clásica con una habilidad refinada generando el aplauso del espectador.
Tocó el turno a la obra Pájaro azul a cargo de Paulina
Gordillo y Adrián Leyva, cuyo vestuario fue el más llamativo de toda la Gala,
por la tonalidad del color que da nombre a la obra.
Laura Manzanilla salió a interpretar la variación de la
ópera-ballet, Carnaval de Venecia, portando un elegante tutú negro con
aplicaciones doradas a la usanza de la vestimenta típica de ese festejo
italiano.
La muerte del cisne de Camile Saint Saens, bailada por Tatiana
Arcila, se llevó la más grande ovación del programa, por su técnica, precisión
y fineza en la ejecución de la coreografía.
En la recta final, los invitados de lujo presentaron Don
Quijote y posteriormente, los integrantes de la Compañía Estatal de Danza
Clásica bailaron Majísmo, para finalizar con la primera presentación, ganándose
un caluroso reconocimiento de los asistentes.
El pase de entrada para disfrutar la Gala de esta noche, a
las 20:00 horas, en el Peón Contreras, serán la donaciones de toallas y sábanas
individuales.
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