Falla sistema de justicia a las mujeres en México

Por Alicia Mendoza y Gabriela Ramírez
México, julio (SEMlac).- El asesinato de Lesvy Berlín Rivera Osorio, en el campus universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha puesto al descubierto, de nuevo, las debilidades de un sistema de justicia que culpabiliza y estigmatiza a las víctimas.

El 3 de mayo Lesvy Berlín Rivera Osorio, de 22 años, fue asesinada en los jardines aledaños al Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su cuerpo fue encontrado esa mañana y, atado a una caseta de teléfono, presentaba diversas lesiones y 33 días después las autoridades judiciales concluyeron que se trató de un suicidio.

La versión de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) fue rechazada por la familia de Lesvy, así como por las organizaciones que acompañan el caso, entre ellas, un grupo de expertas de la UNAM, que denunciaron que el caso no ha sido investigado con perspectiva de género ni como feminicidio

En tanto, el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México vinculó a proceso al novio de Lesvy -J.L.G.H.- solo por el delito de homicidio simple y rechazó acusarlo por el de feminicidio, como lo exige la familia de la joven y el equipo de abogados, quienes presentaron un recurso de apelación.

Acusaron a las autoridades de no cumplir con ordenamientos jurídicos nacionales, internacionales, así como jurisprudencia obligatoria que determina que "ante la muerte violentas de mujeres, la primera línea de investigación que debe seguirse es la de feminicidio".

La audiencia
El pasado lunes, al celebrarse la audiencia de vinculación a proceso en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, la familia y el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, así como representantes del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, exigieron que el asesinato de Lesvy fuera investigado y juzgado por feminicidio, ya que en la carpeta de investigación existen pruebas suficientes.

Lamentaron que en una ciudad que es considerada de avanzada, como la Ciudad de México, no se aplique y no se siga el Protocolo de Investigación Ministerial, Policial y Pericial del Delito de Feminicidio, emitido en octubre de 2011 por la Procuraduría capitalina.

De igual forma, de acuerdo con el grupo de expertas en género de la UNAM, es claro que "no se garantizaron ni respetaron los derechos de la víctima, conforme lo señalan los ordenamientos vigentes" y se le revictimizó en los medios de comunicación.

Por otra parte, la conclusión de un suicidio y el rechazo de que se trató de un feminicidio no fueron comunicados previamente por el Ministerio Público a la familia, para que esta pudiera hacer observaciones oportunas ejerciendo su función de coadyuvancia, como lo señala la Constitución.

Ante esos hechos, solicitaron al juez de control, Cristian Ricardo Franco Reyes, "que bajo ninguna circunstancia el proceso judicial debía basarse en la acusación de la PGJCDMX, que imputa a una persona el delito de homicidio simple doloso por omisión.

El Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria sostuvo que existen pruebas que acreditan el delito de feminicidio: "lesiones infamantes que sufrió Lesvy antes de su asesinato, como un golpe fuerte con una cadena directo a su rostro y en la cabeza que generaron sangrado interno, así como la posterior exposición pública de su cuerpo".

Todo ello, aunado a la relación afectiva y de confianza entre la víctima y su pareja J.L.G.H., "lo que la colocó en un estado de suma vulnerabilidad", por lo que solicitaron un plazo de cuatro meses para realizar la investigación complementaria, "con el fin de fortalecerla y generar el más alto estándar probatorio que permita llevar a juicio a esta persona y sancionarla por el delito de feminicidio agravado.

Exigen renuncias
Frente a esos hechos demandaron la inmediata renuncia del titular de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Homicidio, Marco Enrique Reyes Peña, y de la titular de la Fiscalía Desconcentrada COY-1, Claudia Elizabeth Cañizo Vera, quienes habrían filtrado información y por las violaciones a derechos humanos de la víctima, cometidas por la PGJCDMX desde el inicio de las investigaciones.

Durante la protesta del lunes último, Araceli Osorio Martínez, madre de Lesvy, responsabilizó a las autoridades capitalinas de cualquier represalia contra ella y de su familia.
En tanto, el equipo de abogadas y abogados solicitó al gobierno de la Ciudad de México rectificar su línea de investigación, "tal y como en su momento se comprometió, así como remover todo obstáculo para que todas las mujeres accedan a la justicia y puedan vivir una vida libre de violencia".

Los letrados recordaron que el Tribunal vinculó a proceso al indiciado por el delito de "homicidio", pero mantuvo la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa contra el imputado en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, mientras se concluye la investigación complementaria en los próximos cuatro meses.

El video no existe
En la audiencia, la madre de Lesvy y el equipo de profesionales de la abogacía que la acompañan desmintieron que exista el video con el que la PGJCDMX sustentó su hipótesis de suicidio.
En cambio, dijeron que, el pasado 6 de julio la PGJCDMX les entregó un video que no muestra que Lesvy se haya quitado la vida, pero sí "fuertes agresiones físicas del presunto feminicida contra la víctima".

Las respuestas: muy tarde y muy malas
Mientras la casa de altos estudios dio, en este caso, una respuesta tardía, de acuerdo con distintas voces, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, vía el área de Comunicación Social, realizó publicaciones en redes sociales el 4 de mayo pasado que culpabilizaban y estigmatizaban a Lesvy de los hechos, al cuestionar su conducta y sus amistades, las cuales ante la indignación de los cibernautas fueron borradas. Y es que mujeres de todo el país reaccionaron con mensajes diversos tras el hashtag.

El 5 de mayo, luego de una marcha, la madre de Lesvy Berlín desmintió las acusaciones de la Procuraduría, al afirmar que no era alcohólica ni drogadicta. Su hija, dijo Osorio, hablaba varias lenguas extranjeras y había dejado de estudiar para trabajar. Vivía con su compañero… "Eso no la estigmatiza ni la convierte en un ser despreciable, como pareciera que quieren hacer pensar, no solo de mi hija sino de muchas mujeres México es un país anti-jóvenes", remató.
Comentarios (alicia_jl@hotmail.com) y (gabyramirez03@yahoo.com.mx)

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