- Poeta uruguaya será recordada por su activismo en el movimiento del 68
- Alcira Soust Scaffo se ocultó de los militares durante casi dos semanas en un baño del campus de Ciudad Universitaria en septiembre de 1968
A fin de salvaguardar su vida se ocultó, aterrada, doce días
en un baño del octavo piso de la Torre de Humanidades del campus universitario,
desde donde observaba cómo estudiantes y profesores eran llevados a punta de
bayoneta por elementos del ejército.
UNAM Global reporta que para sobrevivir no tuvo más remedio
que comer papel sanitario y tomar agua del lavabo. Después de esa experiencia
extrema le dio escorbuto, perdió los dientes y le diagnosticaron sicosis
delirante crónica.
La poeta uruguaya se distinguió por su activismo en la lucha
de resistencia durante aquellos meses de 1968. Para recordar su paso por México
hace 50 años, ahora es objeto de diferentes actividades culturales dentro del
programa M68. Ciudadanías en Movimiento de la UNAM (culturaunam.mx/m68/).
Alcira Soust Scaffo fue profesora de educación básica en su
país natal y llegó a México en 1952 con una beca del Centro de Cooperación
Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (CREFAL),
para asistir al curso de formación de Especialistas en Educación Fundamental en
Pátzcuaro, Michoacán.
Posteriormente ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras
de la UNAM, donde repartía en los pasillos sus poemas en hojas sueltas.
Participó en la revuelta estudiantil de 1968 y se convirtió en figura central
del movimiento infrarrealista, que fundaron en los años 60 Mario Santiago
Papasquiaro y Roberto Bolaño. El escritor chileno la tomó como personaje de sus
novelas Los detectives salvajes y Amuleto.
Se dice que minutos antes de que los militares sitiaran la
UNAM, reprodujo por los altoparlantes de la radio comunitaria el disco de Voz
Viva de León Felipe recitando sus poemas.
Alcira desplegó una red de afectos y relaciones con
escritores como León Felipe, Juan José Arreola, José Revueltas y el mismo
Roberto Bolaño. También fue ayudante del pintor Rufino Tamayo y muy cercana al
director de orquesta Eduardo Mata. Maestra, poeta, artista y traductora de
poesía del francés al español. “En sus tardes libres, se perdía entre los
laberintos de la poesía que ella misma escribía”.
El sobrino nieto de la poeta uruguaya, el cineasta Agustín
Fernández Gabard, realizador del documental Alcira y el campo de espigas,
retrato intimista, construido a partir de fragmentos de sus amigos de México y
Uruguay, así como de su familia, recuerda que su tía abuela, a la que llamaban
cariñosamente Mima, les regalaba poemas y dibujos a él y a sus hermanos. “Siempre tuvo una parte misteriosa, lugares a
los que nadie accedía”.
Alcira escribió hasta sus últimos días; su obra permanece
guardada en los cajones de muchas casas de parientes y amigos. Ningún libro,
hasta ahora, recoge la poesía de la autora uruguaya.
Elena Poniatowska rememora que el día del entierro de
Rosario Castellanos, en 1974, se fijó en una mujer alta y con el pelo empapado
que repartía bajo el aguacero poemas de Rosario. Era Alcira, quien en esa
ocasión “se había tomado la molestia de escribir a máquina uno por uno y los
tendía bajo la lluvia”.
Hermann Bellinghausen la describe como “la omnipresente
Alcira Soust. Una mujer avejentada, que siempre se cubría la parte inferior del
rostro con una mano, un libro o una cuartilla de versos suyos o copiados a mano
o máquina y te la ofrecía a cambio de unos centavos, una galleta, un café.
Entrecana, mal peinada. Sus ojos azules y hondos mirándote derecho y luego
desviándose. Todos la protegían y la evitaban. Una refugiada permanente, aunque
venía del Uruguay anterior a la dictadura. Decía ser nuestra mamá. Nadie la
tomaba en serio”.
La chica bohemia Auxilio Lacouture, personaje de la novela
corta Amuleto, es la mismísima poeta uruguaya: alta, delgada, entregada con
gran pasión a la militancia política y la poesía. Penoso fue el desenlace de
Alcira, su inestabilidad emocional la aisló.
Su historia está inconclusa, hay un vacío que llenar. De ahí
la propuesta de la exposición Alcira
Soust Scaffo. Escribir poesía ¿vivir dónde?, que abrirá al público del 11 de
agosto al 11 de noviembre de 2018 en el Museo Universitario de Arte
Contemporáneo (MUAC) del Centro Cultural Universitario (CCU), con la idea de
“recuperar parte de su archivo personal para enfatizar la relación entre su
militancia política y poética a través de sus poemas-acción y poemas gráficos”,
a decir de los curadores Amanda de la Garza y Antonio Santos.
Otra actividad es el monodrama musical Luciérnaga, ópera de
cámara para cantante, actor y ensamble con música de Gabriela Ortiz y libreto
de Silvia Peláez, que narra la experiencia de Alcira Soust cuando se escondió
en la Torre de Humanidades. Obra comisionada para el festival Vértice.
Experimentación y Vanguardia, se presentará en la Sala Miguel Covarrubias del
CCU los días 10, 11 y 13 de octubre. La dirección musical es de José Areán y la
dirección escénica de Mauricio García Lozano.
Auxilio! Au Secours es una intervención escénico-poética
libremente inspirada en la figura de Alcira Soust. Creación franco-mexicana del
Colectivo TeatroSinParedes y el Théâtre 2 L’Acte, se presentará en el Centro
Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT) del 15 al 25 de noviembre.
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